domingo, 11 de marzo de 2012

Panna cotta



Hoy toca otra receta dulce. La panna cotta (nata cocida literalmente) es el otro postre italiano, junto al tiramisù, conocido mundialmente. Es de origen piamontés, es decir, de la región en la que vivo (publicidad gratuita, jeje) pero su nacimiento se pierde en los albores del tiempo. Es una receta muy sencilla y con resultado garantizado.

Ingredientes:

500 ml de nata líquida para dulces
2 cucharadas de azúcar (mejor si es azúcar glas)
1 ramita de vainilla (o esencia de vainilla)
2 hojas de gelatina

Preparación:

Ponemos a remojo en un bol las hojas de gelatina para que se ablanden. Remojamos con agua fría el molde tipo flanera o los moldes individuales que vayamos a usar y los dejamos escurriendo boca abajo. Cortamos a lo largo la rama de vainilla. En un cazo ponemos la nata, el azúcar y la rama de vainilla y lo ponemos en el fuego, que mantendremos siempre bajo y sin dejar que hierva, removiendo todo el tiempo.

Una vez caliente, apartamos el cazo del fuego, escurrimos las hojas de gelatina para quitarles el agua y las echamos en la nata removiendo continuamente hasta que se disuelvan por completo. Retiramos la rama de vainilla.

Echamos en el molde o moldes el compuesto a través de un colador de malla muy fina (el mejor en este caso es el colador de tela, ya que la rama de vainilla va soltando trozitos muy pequeños que, con el colador de malla metálica normal, escapan). Dejamos enfriar a temperatura ambiente y después metemos en el frigorífico al menos 2-3 horas.

A la hora de desmoldar la panna cotta, es un buen truco sumergir el molde en agua hirviendo. Una vez emplatada, se sirve tal cual o bien decorada con salsa de fruta, mermelada, chocolate caliente o caramelo líquido. He leído también en algún blog y alguna web que el molde se puede mojar al principio en lugar de con agua, con licor, y recomiendan sobre todo el ron... Yo no he probado, todavía.

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