miércoles, 31 de julio de 2013

Vulnerabilidad y desprotección

Hoy hace una semana que entraron en casa para robar. Nosotros estábamos de vacaciones y eso nos libró de que nos limpiaran a base de bien porque los ladrones venían buscando dinero, joyas y iPads y smartphones, cosas que nos llevamos cuando estamos fuera. De hecho, entraron también en el piso de nuestros vecinos, que tampoco estaban en casa porque estaban trabajando, y eso fue lo que les robaron.
 
Tras estos días de gestiones, denuncias, partes al seguro, vacaciones estropeadas y de hablar con mucha gente sobre el tema (policía y cerrajeros incluidos) he llegado a varias conclusiones. Una es que somos vulnerables y que no hay puerta ni sistema de seguridad infranqueable: si los ladrones quieren entrar, entran, es una simple cuestión de tiempo y de ruido. Es decir, del tiempo que han calculado que emplearán en abrir la puerta (valoran la relación entre el esfuerzo y el resultado, como todos) y del ruido que quieran hacer para acceder a la vivienda (a más ruido, mayor posibilidad de que algún vecino dé la voz de alarma). Que va bien tener un buen bombillo de seguridad en la puerta para no ponérselo fácil y también algún otro sistema de seguridad (FAC, alarma, sistema antipalanca) que complique la tarea de entrar y les haga perder más tiempo o necesitar más herramientas. Que no sólo hay que tener cuidado durante las vacaciones, sino que también en el día a día tenemos que tener a buen recaudo nuestros bienes más preciados de manera que no estén al alcance del primer ladrón que consiga entrar. Y que conviene tener, si no pueden ser las facturas de compra, sí los certificados de autenticidad o fotos de las joyas que tengamos, ya que los seguros (gracias a la picaresca reinante en todas partes y a los miles de fraudes de los que, imagino, habrán sido objeto desde que existen) piden que se demuestre la existencia de los bienes sustraidos.
 
Imagen tomada de littlesmurfspain.blogspot.com
 
Sobre el modus operandi en el robo no voy a explicar ningún detalle. Airear la manera de actuar de unos ladrones sería dar pistas a otros para que lo hagan de la misma manera y tampoco es plan. Sólo diré que lo tienen todo muy bien estudiado y muy bien organizado.
 
En fin, esta vez nos ha tocado a nosotros. Espero que alguien pueda poner en práctica algo de lo explicado en esta entrada por si se encuentra en una situación similar.
 
Feliz verano.

lunes, 29 de julio de 2013

Servicio de atención al cliente y palabras mágicas

Hoy me he sentido como Alí Baba delante de la cueva de los cuarenta ladrones, sí, él dijo "Ábrete Sésamo" y accedió al tesoro. Me explico.
 
Tengo el móvil con Movistar y hace un par de meses me avisaron de que a partir de julio ya no me llegaría la factura en papel y que la recibiría on-line, para lo cual me pedían que les proporcionara mi dirección de correo electrónico. Bueno, pues cuando abrí la carta no lo hice, pensé hacerlo en otro momento y cuando no han sido pitos, han sido flautas y lo fui dejando. Y parece que, en la última campaña "Mierdas, las justas", la carta en cuestión fue a la basura (perdón, al contenedor del papel y el cartón, que en esta casa reciclamos), así que hoy me he encontrado con que no tenía la factura física de julio.
 
He intentado darme de alta en la web, peeeeroooo, me pedían datos y más datos, por lo que he pensado que sería más rápido que me lo solucionaran ellos.
 
He llamado, ingenua de mí, al 1004 y, oye, durante media hora no ha habido manera de que me atendieran: "Le informamos de que todos nuestros operadores están ocupados, le rogamos llame pasados unos minutos" y se cortaba la llamada. Y es que yo, que soy una pardilla, está claro, cuando el contestador automático me decía "Indíquenos brevemente el motivo de su llamada", yo le decía "Factura on-line". Y claro, debe de sonar a marrón, porque quien filtra las llamadas no me pasaba con nadie.
 
Después de cuatro intentos, como tenía abierto Facebook, por curiosidad he ido al muro de Movistar y estaba lleno de quejas y de improperios, a la empresa en general y al servicio y a la atención de los clientes en particular. Y leyendo la queja de una chica he visto las palabras mágicas que abrían el acceso a la cueva de los cuarenta ladrones. Ella había llamado por otro problema y, lo mismo que a mí, siempre le decían que los operadores estaban ocupados, hasta que se le ocurrió dar como motivo de la llamada "Nueva alta" y entonces sí, consiguió hablar con una persona y no con un contestador.

Imagen tomada de www.sportmusculo.es
Insisto, porque soy cándida e inocente y creo en la buena fe hasta del Señor Movistar (Sr. Alierta, quería decir), lo he vuelto a intentar una vez más con lo de "Factura on-line" y tampoco me han pasado con ningún operador, ¡qué rabia!. Así que como, aunque la llamada al 1004 es gratuita, mi tiempo vale mucho, he llamado otra vez y le he dicho al contestador "Contratar Fusión" y, con estas palabras mágicas he abierto la cueva del tesoro, jajaja. Oiga, mano de santo, me han pasado con una operadora.
 
"¿En qué puedo ayudarle?" me ha preguntado y le he dicho que antes de nada quería quejarme por la poca vergüenza que tenían, que de la única manera en la que había conseguido que me pasaran con un operador había sido diciendo que iba a contratar Fusión y que suponía que ella no era la responsable, pero que como igual estaban grabando la llamada, así el que las escucha se lo tiene que oír. También me he quejado en el FB de Movistar, pero vamos, que ya sé que les resbalará mi queja a la operadora, mi queja en FB y esta entrada de blog si algún día llegara a manos de alguien de Movistar. Pero una se queda tan a gusto después de quejarse que vale la pena y, además, espero haber dado una pista a quien me lea para que no le pase lo mismo. Ya lo sabéis, si llamáis al 1004 y queréis que os atienda rápidamente: las palabras mágicas son "Nueva alta" o "Contratar Fusión".
 
Eso sí, la chica que me ha atendido lo ha hecho muy amablemente (a pesar de mi entrada triunfal quejándome del servicio de atención al cliente) y me ha solucionado el problema. Un aplauso para ella y sólo para ella.

jueves, 18 de julio de 2013

Un anno fa...

Un anno fa eravamo appena lasciato l'Italia. Il riassunto di questo anno di nuovo a Tarragona è molto positivo, soprattutto in quello che riguarda al riprendere delle nostre vite qui (famiglie, lavoro, amicizie,...) e la partenza delle vite delle piccole in un nuovo posto. Si sono inserite velocemente nella nuova scuola, hanno imparato in fretta il catalano e hanno fatto delle nuove amiche.


La parte meno positiva sarebbe che loro hanno smesso di parlare l'italiano. Capisco che, dovendo imparare una nuova lingua (dopo lo spagnolo e l'italiano), abbiano messo in fondo al cassetto quella di cui non hanno un bisogno più urgente. Comunque, io continuo a leggere dei libri in italiano, a parlargli in italiano ogni tanto (meno di quanto vorrei, questo è vero) e tutte e due capiscono, anche se la piccola non vuole nemmeno sentirlo (non mi parlare in italiano!, dice) e mettiamo spesso dei film nella lingua di Dante. Almeno credo che così loro riescano a tenerlo e un giorno, quando saranno più grandi, potranno riprendere a parlarlo senza tanta fatica.
 
Anch'io ho perso il mio buon italiano, beh, anch'io sto imparando il catalano e non ho tante oportunità di parlare l'italiano. Infatti, spero di non stare scrivendo delle castronerie... (lo ammetto, questa parola non l'avevo mai usato e ho dovuto guardarla nel vocabulario). Cercherò di parlarlo di più e di scrivere più spesso in italiano nel blog.
 
E per ultimo, mi dispiace che, per strada, si siano perse qualche amicizie. Ci sono delle persone a cui tenevo che dopo la mia partenza hanno smesso poco a poco di rispondere quando le ho cercato per, alla fine, sparire. Va bene, capisco che la lontananza non aiuta ai rapporti. L'ho imparato tanto tempo fa, quindi non è che m'intristico ma mi dispiace sacrificare amicizie in ogni trasloco.

Comunque, almeno posso dire che quelle sparite sono poche, pochissime, con tutti gli altri ancora ci sentiamo o ci leggiamo ogni tanto. Sono molto contenta per questo e mi sento fortunata perchè a Collegno, Torino, Italia abbiamo trovato gente molto speciale.