sábado, 4 de enero de 2014

Aunque la mona se vista de seda...

No me gusta criticar a la gente por su apariencia, pero algunos van provocando, no con su aspecto, sino con su actitud. Y todo sumado, en fin, da para un post.
 
El jueves fuimos a Port Aventura y, aunque no había mucha gente, en algunas de las atracciones infantiles tuvimos que esperar un poco para poder subir. Hasta aquí todo normal. En un momento dado coincidimos con una familia con "pase express". En la primera atracción se montaron justo después de nosotros. En la siguiente, también. En la tercera, mientras hacíamos cola, ellos pasaron delante y el padre nos echó una sonrisa triunfal. Yo me quedé flipada, ¿se había picado con nosotros y no nos habíamos dado cuenta? Parece que sí, porque cuando bajaron de la atracción, de nuevo, nos miró con una actitud de superioridad tremenda que no produjo en mí el efecto que él esperaba, envidia o inferioridad, sino bastante lástima.
 
 
Porque entonces me fijé en su aspecto. Lucía el chandal de "Los Ángeles Galaxy" en su cuerpo que, desde luego, no era de deportista, con unas zapatillas deportivas llamativas a tope y un gorrito de esos de punto que está de moda, que llevan los famosos y que, por Dios, parece que se hayan quedado sin lana a mitad del gorro porque más que un gorro parece un casquete. En conjunto, lo dicho, dejaba bastante que desear en cuanto a estilo y clase. Y es que está claro que el dinero no lo puede comprar todo y que no a todo el mundo le sienta bien el chandal, por muy de los "Galaxy" que sea. Aunque la mona se vista de seda y lleve colgado del cuello el "pase express", mona se queda.