lunes, 14 de abril de 2014

Tarta de pañales

Esta entrada es un tutorial sencillo sobre cómo hacer una tarta de pañales. Están de moda y como acaba de llegar una nueva primita a la familia, he pensado que a mis peques les haría ilusión llevarle esta tarta.


Para ser la primera que hago, me ha quedado bastante decente y me ha parecido fácil y rápida de hacer. Me ha costado menos de una hora.

Materiales necesarios:
Una bandeja de cartón y blonda de papel para tartas (yo la elegí rectangular y la compré en un chino, pero también veréis tartas redondas en otros tutoriales).
Un paquete de toallitas (este es triple, perfecto para hacer de relleno).
Hilo de cocina o gomas elásticas.
Un paquete de pañales. En mi caso he utilizado 38 pañales de la talla 2 (3-6 Kg), que la bebé está recién nacida.
Una caja (de zapatos o de lo que tengáis) de menor tamaño que el paquete de toallitas.
Cinta decorativa de raso o de plástico (en mi caso, rosa, que es una niña).
Cinta adhesiva normal y de dos caras y tijeras.
Un rollo de celofán para el envoltorio.
Y, claro, algún regalito.

PASO 1:
Pegamos la blonda a la bandeja con unas tiras de adhesivo de doble cara. Después colocamos el paquete de toallitas centrado y lo fijamos también con cinta adhesiva. Yo he utilizado las toallitas para llenar más rápido la bandeja, pero podemos usar una caja vacía o simplemente más pañales.


PASO 2:
Enrollamos los pañales uno a uno y los sujetamos con hilo de cocina o con una goma elástica para que no pierdan la forma.


PASO 3:
Vamos colocando los pañales enrollados alrededor del paquete de toallitas. En mi caso no ha hecho falta que los sujetara porque encajaban perfectamente en el hueco. En caso de que no suceda, hay dos maneras de mantenerlos en pie. La primera es fijándolos con un poco de cinta adhesiva de doble cara a la blonda o al paquete de toallitas. La segunda es colocar una goma elástica grande alrededor del paquete de toallitas e iremos metiéndolos entre la goma y el paquete.


PASO 4:
Una vez que hayamos llenado toda la bandeja, sujetamos el conjunto con cinta decorativa, lo más apretada posible para que los pañales se sujeten bien. Para cerrarla, yo he usado cinta adhesiva de doble cara y la normal.


PASO 5:
Colocamos sobre el paquete de toallitas la caja vacía y la fijamos con cinta adhesiva de doble cara.


PASO 6:
Colocamos más pañales en el segundo piso de la tarta alrededor de la caja. 


PASO 7:
Una vez completado el segundo piso de la tarta, sujetamos el conjunto con cinta decorativa como hemos hecho en el primer piso. Como no me encajaban perfectamente, el primer piso se ha abierto un poco, por lo que le he colocado una segunda cinta de modo que quedara más sujeto.


PASO 8:
Ponemos en la caja los regalos que tengamos para el bebé.


PASO 9:
Envolvemos la tarta en celofán y le hacemos un lazo. Lista para entregarla a la mamá.


martes, 1 de abril de 2014

Pobreza, Montoro y la realidad

Hace unos días Cáritas publicó un informe en el que España queda en el segundo puesto de la Unión Europea con el mayor índice de pobreza infantil (http://www.huffingtonpost.es/2014/03/27/story_n_5041394.html , si queréis saber más). Esta noticia viene a sumarse a lo que vemos todos los días por la calle, sí. El panorama es deprimente. Aunque nos estén diciendo que el país ya empieza a recuperarse, es imposible creérselo. Hablan en términos de macroeconomía, ya, bueno, ¿y? A nosotros eso no nos afecta, ni directa ni, por supuesto, indirectamente. A pie de calle eso no se refleja. Y los políticos no lo ven porque no la pisan, dudo mucho que se paseen por el centro de sus ciudades. De hecho vamos de mal en peor. Basta salir a la calle y fijarse.

Imagen tomada de www.tercerainformacion.es

En una sola mañana y en un recorrido que he hecho caminando por el Carrer Colom, la Rambla Nova, Carrer Unió, Carrer Comte de Rius y Plaça de la Font he contado siete personas o parejas pidiendo: una pareja que decían ser españoles y pedían porque no tenían tampoco familia que les ayudara; una chica con dos perros; otro chico con un perro; una anciana extranjera que siempre está medio tirada en la misma esquina lamentándose a gritos; dos tipos que pedían tabaco “aunque sea un cigarro para los dos”; una chica que tocaba el violín y una señora jubilada que ofrece paquetes de pañuelos de papel a cambio de la voluntad porque su pensión es muy pequeña. Además, había un hombre desaliñado recogiendo colillas de cigarros no apurados que la gente había echado a los pies de varios árboles. Delante de la sede (cerrada al público pero con trabajadores todavía dentro) de la caja de ahorros provincial (absorbida por un banco) había medio acampado un grupo de unas veinte personas protestando contra los desahucios haciendo el máximo de ruido posible. Esto antes no ocurría.

Y no sólo se nota en el centro de la ciudad. En nuestro barrio, a la hora de salida del colegio, ya han robado dos veces, aprovechan el desorden de gente y coches para reventar el cristal y llevarse el bolso de la madre confiada que lo deja porque vuelve en unos minutos. En un solar que se iba a construir, queda el contenedor-oficina de ventas, desde hace un par de meses lo han ocupado, son al menos dos personas que han forrado los cristales con papel y viven dentro. Y, para terminar con el recuento de ejemplos, hace dos semanas entraron a robar en algunos trasteros de nuestra comunidad de vecinos. No se llevaron ni bicicletas ni nada a lo que después se le pueda sacar un rendimiento en metálico. Robaron comida.

Así que, cuando sale el Ministro Montoro diciendo que el informe de Cáritas “no se corresponde a la realidad” (http://www.elmundo.es/espana/2014/03/28/53359801e2704e48078b4570.html), me dan ganas de estamparle un buen guantazo en toda la boca. Claro, no se corresponde con su realidad, que no es la nuestra. ¡Qué rabia da esta gentuza!